APREMIADO por las circunstancias y tratando de evitar malos rollos que se enquisten entre él y una parte de la afición, Mendilibar matizó ayer sus declaraciones del domingo. "No supe explicar lo que quería decir", resolvió el entrenador. Yo creo que sí, que lo que dijo respondía a la realidad de las relaciones transaccionales entre Osasuna y Athletic desde finales del pasado siglo. Que podía haber suprimido la palabra "agradecer", podía haberlo hecho, pero en lo sustancial no cambiaba mucho con el fondo del mensaje que intentaba transmitir. Me explico. Desde el año 1997, la entidad vizcaína ha desembolsado cerca de 17 millones de euros por la adquisición de futbolistas de Osasuna. Entre ellos, 6 millones por un juvenil que entonces no entraba en los planes del primer equipo (Javi Martínez) y que en dos meses ya vestía de titular en Bilbao; 1 millón por un chaval que era suplente (Tiko) y al que pidieron a prueba; y algo más de dos millones por Orbaiz, al cual dejaron en préstamo hasta final de año o, lo que es lo mismo, hasta que Osasuna logró el ascenso a Primera. A estos hay que añadir los seis millones por David López y los 690.000 euros por Nagore y Lacruz, futbolistas estos que sí fueron malvendidos. Negocios son negocios y cuando hay conformidad por ambas partes no hay nada que agradecer dirán algunos. Pero si no es cuestión de agradecimientos, al menos sí habrá que ser fieles a la memoria. Con un Osasuna en quiebra, el entonces presidente Javier Miranda reclamó ayuda al Gobierno de Navarra, a la Real Sociedad y hasta al Deportivo de Lendoiro. Unos dijeron que no podían y la oferta de otros hería la dignidad de la historia de Osasuna. En ese proceso, Miranda y el entonces presidente del Athletic José Mari Arrate concertaron una entrevista en Vitoria. De la capital alavesa, el mandatario rojillo regresó con 200 millones de pesetas en el bolsillo ( "sin firmar nada", recordaba entonces) que le permitieron reforzar el equipo con Alfredo (100 millones) y Trzeciak (60), además de pagar después a Cuco Ziganda, que llegó con la carta de libertad del Athletic. Al hincha rojillo no hará falta recordarle el papel que estos tres futbolistas desempeñaron para sacar a Osasuna del pozo de la Segunda división. Posterior a la entrevista de Vitoria, ambos clubs firmaron un acuerdo por cuatro años que Osasuna anuló cuando habían transcurrido dos, tras embolsarse 50 millones de pesetas por cada una de las temporadas, más los ingresos por los traspasos de Tiko y Orbaiz. En total, cerca de 3,6 millones de euros. Todo esto en el plano comercial. De la afinidad en las relaciones deportivas, que le pregunten al Oviedo. En fin, si daña a los oídos, diré, como Mendilibar, que no sé explicarlo mejor. Por cierto, del discurso del domingo del entrenador sobre las relaciones entre ambos clubs queda un fragmento al que nadie ha dado la importancia que tiene: "Nos gusta vender la confrontación y la mala uva". Esto sí que lo explicó de maravilla.